El enredo de la renta antigua La opción que aún suma entre el 10% y el 20% del parque.
Por sorprendente que parezca, todavía existen miles de pisos en España que llevan décadas con el precio del alquiler congelado.
Mientras la norma a día de hoy es que los inquilinos lidien con rentas asfixiantes, hay quienes pagan hasta menos de 300 euros por pisos que podrían superar con facilidad los 1.300 euros si estuvieran libres. Se trata de los contratos de renta antigua -firmados antes del 9 de mayo de 1985-, que por ley obligan a los propietarios a aceptar prórrogas del precio original.
Tanto las agencias inmobiliarias como los expertos consideran difícil dar una cifra exacta sobre este tipo de contratos debido a la falta de estadísticas. Sin embargo, Barcelona, que sí cuenta con un registro, estima que en 2020 el 19% de los hogares en alquiler estaba bajo este régimen. Esto supone una caída de cinco puntos porcentuales en tres años, pues en 2017 era del 24%, en base a los datos del ayuntamiento.
En opinión de Gonzalo Bernardos, de la Universidad de Barcelona, el porcentaje seguramente es menor a nivel nacional, pero puede representar en torno al 10%. Pese a la variación de los datos, lo que está claro es que evidencian que la renta antigua sigue teniendo un fuerte impacto en el mercado de arrendamientos.
Rescindir un contrato de renta antigua no es una tarea sencilla. Existe la vía de la negociación entre inquilino y propietario, pero según el experto es difícil que alguien quiera renunciar por las buenas a disfrutar de un alquiler tan bajo. Las pocas veces que esto ocurre, el arrendador le paga al arrendatario una cifra que se basa en su esperanza de vida y lo que le costará un alquiler en otra vivienda similar.
Para el resto de casos, el propietario debe demostrar que necesita la vivienda para uso propio o para un familiar directo, o que el inquilino ha incumplido el contrato por dejar de pagar las rentas, subarrendado a un tercero para sacar provecho, o no habitando el piso durante al menos seis meses año. Para todo ello es común que se recurra a los detectives privados. De hecho, la renta antigua figura como una de las principales causas de contratación.